Hay algo en el hecho de ver Harry Potter que me gusta pero me deprime.
Una de esas cadenas viciosas de recuerdos.
La piedra filosofal me recuerda a la primera vez que leí el libro, mi persona de 14 años, mis sueños, me recuerda a aquel que me recuerda que soy mala, que me recuerda al otro y como lo arruiné. Ese me recuerda al de antes que me recuerda a mi misma, tan desesperada, mi verguenza. Y todo esto me recuerda a lo poco que queda de mi. Sé que sigo ahí en algún lugar, pero no se como sacarla de nuevo.
Cuando era bebe me escondí en el crawl space en la casa donde vivíamos, y nadie me podía hacer salir. Mi mamá me hizo un caminito de life savers para tratar de persuadirme.
Quizá necesite un life saver...
Y me da risa como eso significa varias cosas.
El caso es que el mindfulness que se supone que debo de estar practicando ahora, se me quita completamente cuando veo Harry Potter.
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